
Había una vez un  grupo de padres y madres que, por necesidades de la vida, tuvieron que tomar la decisión de dejar a sus  hijos e hijas a cargo de un grupo de “seños”. Estuvieron buscando y buscando  hasta que encontraron un Parque que era idóneo para ellos. Unos por cercanía,  otros por recomendación, otros porque se encontraron un día con el centro y al  visitarlo les gustó, otros por….. Cada uno por los motivos que sean, pero el caso  es que coincidieron en ese mismo Parque.              El  primer encuentro fue de sorpresa: ¿para qué quieren niños de 4, 6 u 8 meses libro de texto, pintura de dedos, plastilina,  folios, pinceles, etc, etc.? Aquí aparece nuestro primer voto de confianza.  Luego las primeras fotos tamaño carnet en las que parecían hombrecitos y  mujercitas siendo todavía bebés para sus mamis y papis. Y llegó el gran reto: el 2  de septiembre tienen que quedarse con una persona desconocida, para la gran mayoría, la primera vez que se separan de mamá; y mamá de ellos. Sin  embargo sabemos que se tienen que quedar; y aprovechando el desconcierto de los primeros momentos, los lloros de los compañeros, el entrar y salir de  papás y mamás, salimos por la puerta corriendo para dar la vuelta, mirar por la  ventana y aprovechar para sacar el kleenex porque no se sabe quién lloró más,  esas dos primeras horas, si los niños y niñas o las mamás que se fueron solas. El periodo de adaptación unos lo pasaron sin enterarse, a otros les costó  más, pero, al final, todos y todas entran felices a la clase con la seño.
              Va  pasando el tiempo y el nerviosismo del principio se va transformando en tranquilidad y paz cuando ves que tu bebé esboza una  sonrisa cada vez que ve a la seño, que se va con ella sin pensarlo y que cuando  vienes a recogerlo se pone a llorar porque no quiere marcharse. El objetivo  principal está cumplido: Nuestros niños y niñas son felices en su nuevo Parque.  Llegan las primeras fiestas, los primeros cumpleaños (que aunque todavía muchos  no anden ya van cumpliendo el primer añito de vida), los primeros Reyes  Magos, las primeras vacaciones de Navidad y, a la vuelta, menudo cambio. Ya todos  andan, se han vuelto más independientes y se les ve progresar día a día. 
              Muchos  de estos progresos son gracias a Ana, a África y a Nazaret que están ahí cada día con su paciencia infinita, con su  amabilidad, su calma, su sabiduría, su cariño y sus abrazos y besos (a pesar de la  gripe A, porque todos los que estamos cerca de niños sabemos que cura mucho más  un beso y un abrazo que cualquiero otra cosa).
              En  esta Parque hemos compartido muchas cosas: primeros descubrimientos al mundo exterior, primeros pasos, primeras palabras,  primeros cuentos, primeras caidas, primeras peleas, primeras palabras en inglés. Y  digo hemos compartido porque gracias a la comunicación diaria y constante de  las seños hemos podido ser partícipe los papis y las mamis también de todo  esto que, sin vosotras, nos lo hubieramos perdido.
 exterior, primeros pasos, primeras palabras,  primeros cuentos, primeras caidas, primeras peleas, primeras palabras en inglés. Y  digo hemos compartido porque gracias a la comunicación diaria y constante de  las seños hemos podido ser partícipe los papis y las mamis también de todo  esto que, sin vosotras, nos lo hubieramos perdido.
              Yo, y  hablo en nombre de todos los papás y mamás,  traje un bebé y  me llevo un niño lleno de salud, alegría y felicidad que lo sabe compartir con el resto de  compañeros y compañeras. Todo, vuelvo a repetir,gracias  a Ana, a África, a Nazaret, a Isa y el resto de las seños que se  lo han sabido trasmitir. Por esta razón, por  la sonrisa de cada uno de los niños y niñas que teneis cada día, os estamos eternamente agradecidas. Os mereceis lo mejor de la vida para que sigais compartiendolo como hasta ahora.
              Y  colorín colorado este cuento se ha acabado hasta la próxima vez que nos crucemos en el camino de la vida.