
Desde el primer momento de aparecer en la puerta del castillo y ver a Javi que se había puesto la flor y al acercarme le vi lágrimas en los ojos se desbordó toda la marea de sensaciones y sentimientos positivos que tenía dentro de mi. Ya no importaba nada ni nadie, sólo estábamos él y yo. Y yo no pude dejar de sonreir y de disfrutar.

Extrañamos a los que físicamente no estaban con nosotros pero los sentíamos y nos daban fuerzas para seguir disfrutando.
Y después de cuatro años (que para muchos y muchas no son casi nada), seguimos juntos en los momentos buenos y en los no tan buenos, que también aparecen. Pero lo importante es que cada noche, al acabar el día termina con un beso y un hasta mañana. Siempre hasta mañana.

Y sólo me queda decirte cariño que muchas gracias por estar cada mañana al despertar y cada vez que necesito apoyarme. Y sobre todo, aunque hoy el día es para nosotros, por darme lo más bonito que tenemos en la vida.
TE QUIERO.