Hoy este post se lo voy a dedicar a unas manos, brazos, cuerpo, piernas, cabeza... a una MUJER MARAVILLOSA. En sus ratos "tontos" se pone música, saca sus pinceles, sus pinturas y saca preciosidades como estas.
Yo la conocí, como pasa siempre con las buenas cosas, de casualidad. La vida quiso agradecerme algo y me la puso como alumna en uno de mis cursos. Tengo que reconocer que, al principio, me tenía desconcertada, no sabía muy bien de qué iba. No sabía si su simpatía era por peloteo, si era una sabelotodo y estaba buscando el momento en que me equivocara para saltar a mi cuello.... Pero fue pasando el tiempo y me fui dando cuenta que Lucía era una bendición.
Es una mujer atenta, preocupada de quién y de lo que se debe preocupar, protectora de su familia (bueno, en esto es sobreprotectora), simpática, alegre (cuando quiere), leal y mil cosas más que voy descubriendo en ella según me va dejando que siga "cerca" de ella.
Después de todo esto, un día descubrí su faceta artística. Tenía que impartir una clase y yo me esperaba una clase de contabilidad o administración, ya que ella era en lo que había trabajado pero me dijo: Yo voy a dar la clase de cómo pintar una teja. No salía de mi asombro, no me lo esperaba. Pero a un alumno no se le debe nunca cohibir sus iniciativas y le contesté qué necesitas para hacerlo.
Y durante esa clase, me sentí afortunada. Afortunada por ver la faceta más tierna y creativa de Lucía. Además de cuidar hasta el último detalle y hacerlo estupendamente. Consiguió sacar de sus compañeros, y de mi la primera, nuestra mejor faceta creativa. No os creeis que yo haya sacado mi creatividad pintando? Yo tampoco me lo creía porque, al principio, quería pintar un delfín y parecía más un pingüino pero, al final mi obra quedó así de estupenda.
Además, podeis decir que estoy en mi mayor esplendor. Me quedaba muy, muy, pero que muy poquito para tener a mi niña. Esto me recuerda Lucía que ya hace más de tres años que te cruzaste en mi camino y, como te digo siempre, no te voy a dejar marchar. Por mi que no sea.
Pero Lucía Morales no sólo pinta. Ella es una MUJER MARAVILLOSA del Renacimiento, y como buena renacentista, es polifacética. Tan polifacética que es una buena cocinera, una buena madre, una buena filósofa, una buena escritora y una buena "desaprovechaita".
Para entender esto de "desaprovechaita" teneis que pasaros por su blog y podreís leer también lo que comparte con todos nosotros. Yo ya estoy preparada con el saco de dormir y el termo de café para hacer cola en la primera librería donde vaya a firmar su primer libro.
Espero que os haya gustado la obra de Lucía Morales. A mi sólo me queda decirle que gracias a Dios, al karma, a Pérez y Cuevas, a la Junta de Andalucía o a quién sea, por haberme dado el gran premio de poner a Lucía Morales en mi camino. Y a Lucía gracias, por permitirme que siga "chafardeando" por tu "feis".
Ya conoceis unas nuevas MANOS MARAVILLOSAS. Si tu quieres ser la siguiente protagonista sólo tienes que mandarme tu obra o tu blog a cosasdeloli@gmail.com
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