Para no olvidar el cariño con el que
Mar me hizo la tarjeta de felicitacion de hace 2 años la he reciclado. Como la cartulina ya se me habia arrugado un poquito, he quitado este arbolito tan mono y le he puesto el cordoncillo para colgarlo del arbol el año que viene. Asi tendre siempre el recuerdo del cariño de mi amiga sin miedo a que se me estropee. Muchas gracias Mar por dedicarme tanto tiempo y tanto cariño.
Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas. San Agustin
Qué buena idea!!!!! me apunto a lo de reciclar!
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