Hoy no os traigo nada tejido por mi, ni por ninguna mano maravillosa que me voy encontrando en el camino. Hoy os traigo mi nuevo organizador de zapatos. Hace tiempo compramos un zapatero de esos verticales con muchos compartimentos que ocupan poco sitio y se puede colocar en cualquier hueco. Pero no nos fijamos en la forma de colgarlo y cuando llegamos a casa resulta que viene preparado para colgarlo en la barra del armario. Así que nuestro gozo en un pozo. Cómo porras lo ponemos? Habiamos pensado colgarlo en la pared pero la sujeción del zapatero no permite eso y si ponemos algún tipo de alcayata rompemos la red del fondo del hueco y tampoco es plan. Así que lo dejamos aparcado.
Y ayer dijimos vamos a poner la balda en la habitación así que nos fuimos a comprar lo que nos hacía falta, las escuadras; y una vez en la tienda de bricolage mi marido se puso a dar vueltas por los pasillos y cuando lo miro tiene una pata de mueble en la mano. ¿Qué haces? No necesitamos patas. Esto es para el zapatero. ¿Vosotros lo veis? Yo no, me lo tuvo que explicar y me pareció una magnífica idea. Tan buena que queda así de bien.
Si la pata la cogemos del tamaño inferior se quedaría demasiado justa y podía salirse el zapatero así que más vale que sobre, que no que falte. Pero queda un poco regular a la vista. Pues le damos dos uso: sujeta zapatero y percha. En invierno nunca viene mal las perchas para los abrigos.
Y con la puerta cerrada queda así de recogidito, así que muy contenta con mi nuevo organizador de zapatos. Me siento toda una "Pirata Ikea". Bueno, no tanto, pero por algo se empieza, no?
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